Nuestros grandes desafíos
Uno de nuestros mayores retos es defender el derecho a la educación logrando escolarizar a los niños que aún no están vinculados a una institución educativa y conseguir que los niños escolarizados no deserten. Adicionalmente, conseguir que los padres de los menores estén de acuerdo y no interrumpan el proceso de escolarización por medio de la falta de apoyo y compromiso. Igualmente, es un reto contribuir con el acompañamiento extracurricular para que los menores de Niquitao y Bomboná tengan la oportunidad de aprender música y danza.
Otro de los mayores retos es lograr que los menores mejoren sus capacidades y aprendan a generar, expresar y defender sus ideas respetando las de los demás, cambiando patrones de comportamiento que permitan romper el círculo vicioso de violencia en el que han sido formados. Mantener el soporte nutricional de los menores vinculados a la fundación como complemento al apoyo lúdico y pedagógico. Los menores necesitan tener un cuerpo y una mente sana para estar dispuestos y abiertos al aprendizaje. A través del alimento, los menores se disponen a aprender y a participar de las actividades con energía y entusiasmo.
Por último, pero no siendo menos importante, el último reto es poder acompañar y orientar a los padres de los menores con un trabajo psicológico y espiritual que permita mejorar la calidad de vida de los niños, niñas y adolescentes